(Sobre la estructura de clases y la movilidad social)
"Usted lo siente porque tiene buen corazón. Pero ellos no lo sienten. No necesitan tener sentimientos. Tienen razón, porque desde niños han sabido que el mundo estaba hecho a su medida y bastaba con entenderlo desde sus propios intereses. Ella era igual, me refiero a Celia, pero tenía un no sé qué de frágil. No era un tiburón. Era frágil. A veces, les sale gente así, parásitos que alimentan y ocultan para que no haga el ridículo la clase social o la raza, porque ya son una raza, vaya si son una raza. Una clase social tan cínica, tan dominante, acaba convirtiéndose en una raza y te lo escupen a la cara, palabra a palabra, gesto a gesto: no eres de los nuestros, aunque tú valgas cien veces más que ellos y te hayas roto los codos para saber tanto como ellos, lo mismo que ellos, más que ellos. Pero por mucho que aprendas, nunca llegarás a saber lo que verdaderamente les distingue, una capacidad de aprecio a sí mismos y de relativización de lo ajeno para la que nosotros no estamos dotados. Por muy fuertes que consigamos ser, aunque tengamos dinero, incluso cultura o poder, seguimos pidiendo perdón por haber nacido".
(Sobre el cinismo de cierta izquierda y los viajes de ida y vuelta)
"A veces pienso en volver a París. Tengo un armario lleno de trajes en casa de mi madre. Tengo a mi ex mujer casada con un catedrático riquísimo al que le sienta muy bien el frac y le sacan cada dos por tres en Jours de France. Si me pongo a repasar mis libros y me leo Le Monde Diplomatique de estos últimos siete u ocho años, me pondré al día y estoy seguro de encontrar un buen empleo, si pongo la cara de hijo pródigo y les vendo que vuelvo del universo del marxismo y de la contracultura, consciente de que la única verdad la tienen Milton Friedman y el neoliberalismo económico y político. La hegemonía de la burguesía se sostiene gracias a la prestación del método y lenguaje que le han aportado los disidentes del enemigo y los hijos que han sido marxistas o budistas o drogadictos y luego han vuelto a la casa del padre".
(Geopolítica)
"Otro país, español. Otra gente. Otra cultura. Otra religión. Según creo en Europa hay una gran curiosidad por todo lo musulmán desde que han descubierto que dependen del petróleo árabe. Pobre Europa. Se lo cree todo. En el fondo tanto la cultura musulmana como la budista son superestructuras de museo frente a las leyes económicas que rigen el mundo".
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