miércoles, 31 de agosto de 2011

Otra política local es posible. Marinaleda (Sevilla)

Otra política local es posible y necesaria.

Aquí dejo un vídeo realizado por ATTAC que recoge unas declaraciones del Alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo (IU-CA-LV) , en las que expresa sus ideas sobre la política local y lo se está haciendo en su localidad desde 1979.



Marinaleda, otro mundo es posible. Juan Manuel Sánchez Gordillo from ATTAC.TV on Vimeo.

(Gracias al compañero Álvaro Villar Calvo por su entrada)

Ladrones del mundo, uníos (Slavoj Zizek)

La repetición, según Hegel, tiene un papel crucial en la Historia: cuando algo sucede sólo una vez, puede ser descartado como un accidente, algo que podría haberse evitado si la situación se hubiera manejado de manera diferente; pero cuando el mismo evento se repite, se trata de una señal de que un proceso histórico más profundo se está desarrollando. Cuando Napoleón fue derrotado en Leipzig en 1813, pareció una cuestión de mala suerte; pero cuando perdió de nuevo en Waterloo, estaba claro que su tiempo había pasado. Lo mismo vale para la persistente crisis financiera. En septiembre de 2008, algunos la presentaron como una anomalía que podría corregirse mediante una mejor reglamentación, etc.; pero, ahora que los signos de una crisis financiera se repiten está claro que se trata de un fenómeno estructural.


Se nos dice una y otra vez que estamos viviendo una crisis de la deuda, y que todos tenemos que compartir la carga y apretarnos el cinturón. Todos, es decir, excepto los (muy) ricos. La idea de gravarlos más es tabú: si lo hiciéramos, nos dicen, los ricos no tendrían ningún incentivo para invertir, se crearían menos puestos de trabajo y todos sufriríamos. La única manera de salvarnos en estos tiempos difíciles es empobrecer más a los pobres y enriquecer a los ricos. ¿Qué deberían hacer los pobres? ¿Qué pueden hacer?


A pesar de que los disturbios en el Reino Unido los desencadenó el sospechoso incidente del tiroteo a Mark Duggan, todos coinciden en que expresan una inquietud más profunda. Pero, ¿de qué tipo? Al igual que en la quema de automóviles en las banlieues de París en 2005, los amotinados del Reino Unido no tienen ningún mensaje que transmitir. (Un claro contraste con las manifestaciones masivas estudiantiles de noviembre de 2010, que también fueron violentas. Los estudiantes dejaron claro que rechazaban las reformas propuestas a la educación superior). Por esta razón, es difícil concebir a los alborotadores del Reino Unido en términos marxistas, como ejemplo de la aparición de un sujeto revolucionario; encajan mucho mejor con el concepto hegeliano de «chusma», es decir, los que están fuera del espacio social organizado y que sólo pueden expresar su descontento por medio de arrebatos “irracionales” de violencia destructiva, lo que Hegel llamó “negatividad abstracta”.


Hay un viejo cuento sobre un trabajador sospechosos de robo: todas las noches, al salir de la fábrica, inspeccionaban cuidadosamente la carretilla que empujaba frente a sí. Los guardias no encontraban nada, siempre estaba vacía. Por último, cayeron en la cuenta: lo que el trabajador estaba robando eran las carretillas mismas. Los guardias obviaban la verdad evidente, del mismo modo que han hecho los comentaristas de los disturbios. Se nos ha dicho que la desintegración de los regímenes comunistas, en la década de 1990, marcó el fin de las ideologías: el tiempo de los grandes proyectos ideológicos que culminaron en catástrofes totalitarias había terminado, y habríamos entrado en una nueva era de políticas racionales y pragmáticas. Si el tópico de que vivimos en una era posideológica es cierto en algún sentido, ello es visible en este reciente brote de violencia. Ha sido una protesta de grado cero, una acción violenta sin ninguna exigencia. En su intento desesperado por encontrar significado en los disturbios, los sociólogos y editorialistas han ofuscado el enigma que presentan los disturbios.


Los manifestantes, aunque socialmente desfavorecidos y de facto excluidos, no vivían al borde de la inanición. Personas en mucha peor situación material, para no hablar de situaciones de opresión física e ideológica, han sido capaces de organizarse en fuerza política dotada de programas claros. El hecho de que los alborotadores no tengan programa es pues en sí mismo un dato que exige interpretación y que nos dice mucho acerca de nuestra situación político-ideológica y del tipo de sociedad en que vivimos, una sociedad que celebra la posibilidad de elección, pero cuya única alternativa posible al vigente consenso es un ciego acting out. La oposición al sistema no puede ya articularse en forma de una alternativa realista, o siquiera como un proyecto utópico, sino que sólo puede tomar la forma de un arrebato sin sentido. ¿Qué sentido tiene celebrar nuestra libertad de elección cuando la única opción está entre la aceptación de las reglas del juego y la violencia (auto)destructiva?


Alain Badiou sostiene que vivimos en un espacio social que se experimenta cada vez más como “sin mundo”: en este espacio, la única forma que puede tomar la protesta es la violencia sin sentido. Tal vez es éste uno de los principales peligros del capitalismo: aunque en virtud de su ser global abarca el mundo entero, sostiene una constelación ideológica “sin mundo” en la que se encuentran personas privadas de su modo de localizar significados. La lección fundamental de la globalización es que el capitalismo puede acomodarse a todas las civilizaciones, de la cristiana a la hindú o budista, del Este al Oeste: no hay una visión capitalista global, ni una civilización capitalista en sentido estricto. La dimensión global del capitalismo representa la verdad sin sentido.


La primera conclusión que puede extraerse de los disturbios, por lo tanto, es que tanto las reacciones conservadoras como las liberales ante el descontento no son suficientes. La reacción conservadora ha sido predecible: no hay justificación para este tipo de vandalismo, es preciso usar todos los medios necesarios para restaurar el orden, para evitar más explosiones de este tipo no hace falta más tolerancia y ayuda social sino disciplina, trabajo duro y sentido de la responsabilidad. Lo malo de este relato no es sólo que hace caso omiso de la desesperada situación social que empuja a los jóvenes a estallidos de violencia, sino, tal vez más importante, que no tiene en cuenta la forma en que estos arrebatos se hacen eco de las premisas ocultas de la misma ideología conservadora. Cuando en la década de 1990, los conservadores lanzaron su campaña de “vuelta a lo básico”, su complemento obsceno fue revelado por Norman Tebbitt: “El hombre no es sólo un ser social, sino también un animal territorial; debemos incluir en nuestros programas la satisfacción de estos instintos básicos tribalistas y territoriales".


Esto es lo que la ideología de “vuelta a lo básico” fue, realmente: la liberación del bárbaro que acecha bajo nuestra sociedad aparentemente civilizada y burguesa, mediante la satisfacción de sus “instintos básicos”. En la década de 1960, Herbert Marcuse introdujo el concepto de “desublimación represiva” para explicar la llamada revolución sexual: era posible desublimar los impulsos, darles rienda suelta y mantenerlos sujetos al mecanismo capitalista de control, a saber, la industria del porno. En las calles británicas, durante los disturbios, lo que vimos no eran personas reducidas a bestias, sino la forma esquemática de la “bestia” producto de la ideología capitalista.


Mientras tanto, los progresistas de izquierda, igualmente predecibles, pegados a los mantras de los programas sociales, las iniciativas de integración, el abandono que ha privado a los inmigrantes de segunda y tercera generación de sus perspectivas económicas y sociales: los brotes de violencia son el único modo que tienen que articular su descontento. En lugar de caer nosotros mismos en fantasías de venganza, debemos hacer un esfuerzo para comprender las causas profundas de los estallidos. ¿Podemos siquiera imaginar lo que significa en un barrio pobre ser joven, mestizo, sospechoso por sistema para la policía y acosado ​​por ésta, no sólo desempleado sino también no empleable, sin esperanza de un futuro? La implicación es que las condiciones en que se encuentran estas personas hacen inevitable que salgan a la calle. El problema con este relato, sin embargo, es que sólo cuenta las condiciones objetivas de los disturbios. La revuelta consiste en hacer una declaración subjetiva, declarar de manera implícita cómo uno se relaciona con una sus propias condiciones objetivas.


Vivimos en una época cínica y es fácil imaginar a un manifestante que, atrapado saqueando y quemando una tienda, si se le presiona para que exponga sus razones, responda con el lenguaje utilizado por los trabajadores sociales y los sociólogos, citando cuestiones como escasa movilidad social, inseguridad creciente, desintegración de la autoridad paterna o falta de amor maternal en su más tierna infancia. Él sabe lo que está haciendo, pero no obstante lo hace.


No tiene sentido reflexionar sobre cuál de estas dos reacciones, la conservadora o la progresista, es la peor: como hubiera dicho Stalin, las dos son peores, y eso incluye la advertencia dada por las dos partes de que el peligro real de estas explosiones se encuentra en la reacción predeciblemente racista de la “mayoría silenciosa”. Una de las formas de esta reacción fue la actividad “tribal” de los vecinos locales (turco, caribeño, sikh) que rápidamente se organizaron en unidades de vigilancia para proteger su propiedad. ¿Son los comerciantes una pequeña burguesía dispuesta a defender su propiedad contra una protesta genuina, aunque violenta, contra el sistema, o son representantes de la clase obrera en lucha contra las fuerzas de desintegración social? Aquí también deberíamos rechazar la exigencia de tomar partido. La verdad es que el conflicto se dio entre dos polos de los más desfavorecidos: los que han conseguido funcionar en el marco del sistema en oposición a aquellos que están demasiado frustrados para seguir intentándolo. La violencia de los manifestantes estuvo dirigida casi exclusivamente contra su propio grupo. Los coches quemados y las tiendas saqueadas no lo fueron en los barrios ricos, sino en los propios barrios de los manifestantes. El conflicto no es entre diferentes segmentos de la sociedad; es, en su manifestación más radical, el conflicto entre una sociedad y otra, entre los que tienen todo y que no tienen nada que perder; entre los que no tienen ningún interés en su comunidad y aquellos cuya apuesta es la más alta posible.


Zygmunt Bauman ha caracterizado los disturbios como acciones de “consumidores defectuosos y descalificados”: más que nada, una manifestación de un deseo consumista violentamente escenificado, incapaz de realizarse en el modo adecuado: por la compra. Como tal, también contiene un momento de genuina protesta, en forma de una irónica respuesta a la ideología consumista: “¡Nos invitan a consumir, a la vez que nos privan de los medios para hacerlo adecuadamente; así que lo estamos haciendo de la única manera que podemos! “ Los disturbios son una manifestación de la fuerza material de la ideología, lo que desdeciría la llamada “sociedad posideológica”. Desde un punto de vista revolucionario, el problema con los disturbios no es la violencia como tal, sino el hecho de que la violencia no sea realmente autoasertiva. Es rabia impotente y desesperación enmascaradas como exhibición de fuerza, es la envidia disfrazada de carnaval triunfante.


Los disturbios deberían enmarcarse en relación con otro tipo de violencia que la mayoría progresista actual percibe como una amenaza a nuestra forma de la vida: los ataques terroristas y los atentados suicidas. En ambos casos, violencia y contraviolencia se encuentran atrapadas en un círculo vicioso, cada una de ellas generando las fuerzas que trata de combatir. En ambos casos, estamos hablando de ciegos passages à l'acte, en los que la violencia es un reconocimiento implícito de impotencia. La diferencia es que, a diferencia de los disturbios del Reino Unido o de París, los ataques terroristas se llevan a cabo al servicio del Significado Absoluto que proporciona la religión.


¿Pero no fueron los levantamientos árabes un acto colectivo de resistencia que evitó la falsa alternativa de violencia autodestructiva y fundamentalismo religioso? Lamentablemente, el verano egipcio de 2011 será recordado como el fin de la revolución, el momento en que su potencial emancipador fue sofocado. Sus sepultureros han sido el ejército y los islamistas.


Los contornos del pacto entre el ejército (que sigue siendo el ejército de Mubarak) y los islamistas (que fueron marginados en los primeros meses del levantamiento, pero que están ganando terreno) son cada vez más claros: los islamistas tolerarán los privilegios materiales del ejército y a cambio proporcionarán la hegemonía ideológica. Los perdedores serán los progresistas prooccidentales, demasiado débiles –a pesar de los fondos de la CIA que reciben– para “promover la democracia”, así como los verdaderos agentes de los acontecimientos de primavera, la izquierda laica emergente que ha tratado incesantemente de crear una red de organizaciones de la sociedad civil, de los sindicatos a las feministas. Antes o después, la situación económica, que empeora rápidamente, sacará a los pobres, en gran parte ausentes de las protestas de primavera, a las calles. Es probable que haya una nueva explosión, que plantee la difícil pregunta de quiénes son los sujetos políticos de Egipto que capaces de canalizar la rabia de los pobres. ¿Quién va a traducirla a un programa político: la nueva izquierda laica o los islamistas?


La reacción predominante de la opinión pública occidental ante el pacto entre los islamistas y el ejército será sin duda una exhibición triunfal de sabiduría cínica: se nos dirá que, como quedó claro en el caso de Irán (país no árabe), los levantamientos populares en los países árabes siempre terminan en un islamismo militante. Y Mubarak aparecerá como si hubiera sido un mal muy menor: mejor seguir con el diablo conocido que enredar con la emancipación. Contra tal cinismo, uno debería permanecer incondicionalmente fiel a la esencia radical-emancipatoria del levantamiento egipcio.


Pero también es preciso evitar la tentación del narcisismo de la causa perdida: es muy fácil admirar la belleza sublime de los levantamientos condenados al fracaso. La izquierda de hoy se enfrenta al problema de la “negación determinada”: ¿qué nuevo orden deberá sustituir al antiguo después del levantamiento, cuando el sublime entusiasmo del primer momento se haya acabado?
En este contexto, el manifiesto de los indignados (1) españoles, emitido después de las manifestaciones de mayo, es revelador. Lo primero que salta a la vista es el tono deliberadamente apolítico: “Algunos de nosotros nos consideramos progresistas, otros conservadores. Algunos de nosotros somos creyentes, otros no. Algunos de nosotros tenemos ideologías claramente definidas, los demás son apolíticos, pero todos estamos preocupados e indignados por las perspectivas políticas, económicas y sociales que vemos a nuestro alrededor: la corrupción de políticos, empresarios y banqueros, que nos deja indefensos, sin voz.”


Protestan en nombre de las verdades inalienables que deberían regir nuestra sociedad: “el derecho a la vivienda, el empleo, la cultura, la salud, la educación, la participación política, el desarrollo libre y personal y los derechos del consumidor, para una vida sana y feliz.” En su rechazo a la violencia, instan a una “evolución ética”. “En lugar de colocar el dinero por encima de los seres humanos, lo pondremos de nuevo a nuestro servicio. Somos personas, no productos. Yo no soy un producto de lo que compro, de por qué lo compro y a quién se lo compro.”


¿Quiénes serán los agentes de esta revolución? Los indignados descartan a toda la clase política, derecha e izquierda, como corrupta y poseída por el ansia de poder, sin embargo, el manifiesto consiste en una serie de demandas… ¿dirigidas a quién? No a la propia gente: los indignados (todavía) no afirman que nadie más lo hará en su lugar, que ellos mismos tienen que ser el cambio que quieren ver. Y esta es la fatal debilidad de las recientes protestas: expresan una auténtica rabia incapaz de transformarse en un programa positivo de cambio sociopolítico. Expresan el espíritu de revuelta sin revolución.


La situación en Grecia parece más prometedora, probablemente debido a la tradición reciente de autoorganización progresista (que desapareció en España después de la caída del régimen de Franco). Pero también en Grecia el movimiento de protesta muestra los límites de la autoorganización: los manifestantes mantienen un espacio de libertad igualitaria, sin autoridad central que lo regule, un espacio público donde a todos se les asigna el mismo tiempo de intervención, y así sucesivamente. Cuando los manifestantes comenzaron a debatir qué hacer a continuación, cómo ir más allá de la mera protesta, el consenso de la mayoría fue que lo que se necesitaba no era un nuevo partido o un intento directo de tomar el poder estatal, sino un movimiento cuyo objetivo sea ejercer presión sobre los partidos políticos. Esto claramente no es suficiente para imponer una reorganización de la vida social. Para conseguirlo, se necesita un organismo fuerte, capaz de tomar decisiones rápidas y ponerlas en práctica con todo el rigor necesario.


(Fuente: Rebelión. Fuente original: London Review of Books Traducción: S. Seguí).

domingo, 28 de agosto de 2011

Los efectos de fijar un déficit público en la Constitución

La reforma de la Constitución que, sorpresivamente, propuso el Presidente del Gobierno este martes 23 de agosto, en la que se plantea fijar un límite al déficit del Estado presenta varios efectos.

Darle un buen golpe al exiguo Estado de Bienestar de nuestro país. Dada las pocas prestaciones y su baja cuantía, al establecerse un límite al déficit conlleva en épocas de crisis, como la actual, el recorte de prestaciones y, no menos grave, la imposibilidad de incrementar o generar nuevas prestaciones que palíen los efectos de la crisis entre las clases sociales más castigadas por los efectos de dicha crisis.

La sacralización, vía Carta Magna, de una política económica neoliberal. Se santifica de esta manera que la única política económica que puede llevarse a cabo es una, no contemplándose más alternativas a la misma. El fijar un límite al déficit encamina cualquier otra política económica a no superar ese límite, lo que supone una barrera para cualquier alternativa económica que pudiera plantearse.

El papel de los agentes económicos queda supeditado a ese límite del déficit con claros ganadores y claros perdedores. Entre los ganadores figura todo el entramado de instituciones económicas que se denominan nebulosamente como "mercados" y que han cobrado un gran protagonismo en esta época de globalización y financiarización de la economía. Los perdedores son las clases sociales más castigadas por los efectos de la crisis, clase media y fundamentalmente la clase trabajadora, que son las perceptoras de las políticas sociales del Estado de Bienestar.

Dada la hegemonía de la política económica neoliberal, en cuanto a la pragmática de la  política económica se refiere, se obtura cualquier alternativa de política económica a ella. Es impensable plantear en este momento una política económica de demanda para afrontar la grave crisis económica que venimos padeciendo.

La pérdida de soberanía nacional a manos del entramado económico institucional de la globalización económica. La Unión Europea, con sus gravísimos déficits de democracia y representatividad, se construye atendiendo a las necesidades de ese entramado económico, esto es, de las necesidades del capital, frente a las necesidades sociales, esto es, del mundo del trabajo. Ahí están los ejemplos del Banco Central Europeo, el Tratado de Lisboa, el Pacto del Euro y el proyecto fallido de Constitución Europea.

La defunción de la socialdemocracia como proyecto político. Al asumir las tesis de política económica neoliberales su proyecto de redistribución de la renta y de mayores cuotas de derechos y libertades civiles quedan supeditado a las necesidades y deseos de la clase social dominante. Al ser obvio que dicha clase no es su base electoral su política electoral queda atrapada en el engaño, la manipulación y en la gestión del miedo de las clases sociales que fueron sus bases electorales, esto es, la clase trabajadora y las clases medias urbanas.

La gestión que se ha planteado de la reforma constitucional para establecer un límite al déficit público produce un mayor alejamiento de la ciudadanía respecto al Parlamento. Es despotismo. Una reforma de este calado demanda un referendum para dotarla de la legitimidad que proporciona un plebiscito popular. Nuestra sociedad se ha repolitizado desde el 15-M, dotándose de una conciencia crítica que ha estado ausente de nuestra vida política desde hace mucho tiempo, efectuándose demandas políticas que no han tenido ningún tipo de respuesta por parte del Gobierno y ha contado con el único respaldo de la izquierda minoritaria en el Parlamento. Izquierda minoritaria precisamente por la Ley Electoral que padecemos y que es una de las principales demandas de reforma que plantea el 15-M: una Ley Electoral más justa y proporcional.

Los que entendemos, porque estamos convencidos de ello, que otra política, otra sociedad y otro mundo es posible demandamos un referendum sobre la modificación de la Constitución.

Porque somos demócratas

jueves, 25 de agosto de 2011

Crisis y Constitución



¿Se acuerdan de que había que refundar el capitalismo? ¿Se acuerdan de que el prócer de la patronal española, el Sr. Ferrán, manifestaba que había que poner un paréntesis en la economía de mercado? ¿Se acuerdan de que había que poner coto a los paraísos fiscales? ¿Que se hablaba de poner en marcha una suerte de Tasa Tobin a las transacciones bursátiles transnacionales? ¿Aquellas pomposas reuniones del G-20? ¿Aquellos sentimientos de culpa?

Pues de eso, a fecha de hoy, nada de nada.

La Unión Europea y, concretamente, el espacio económico europeo ha demostrado a lo largo de toda la gestión de la crisis su endeblez y el papel del Banco Central Europeo ha quedado muy mal parado por su propia inoperancia para afrontar la crisis de la deuda de los diversos países miembros: ya han caído Grecia, Irlanda y Portugal.

Algunos pensaban que la política económica neoliberal había tocado fondo. Su programa económico ha sido realmente el causante de la crisis: desregulación de la actividad económica, trasvase de rentas del trabajo a las rentas del capital, procesos de privatizaciones del sector público cada vez más raquítico, proceso de globalización, financiarización de la actividad económica, ...

Los neokeynesianos afilaban sus cuchillos: veían el momento de establecer un verdadero debate sobre política económica. Los economistas "radicales", la verdadera izquierda económica, observaba el cumplimiento de sus proposiciones y la posibilidad cierta de dar un giro a la política económica, dando el protagonismo al Estado como el agente económico principal y poner coto a la desregulaciòn económica creciente, plantear una política fiscal justa, equitativa y solidaria, estatalizar sectores de la actividad primordiales, poner coto al "juego de azar de las bolsas", proporcionar el protagonismo a la actividad económica productiva frente a la especulativa, ...

El neoliberalismo había tropezado, pero no caído. No por el momento. Sólo había dado un traspié y estaba tomando aire para volver a la ofensiva. Ya están aquí: los planes de ajuste positivo de las economías quebradas de Grecia, Irlanda y Portugal son la mejor muestra de ello. Las políticas de ajuste del resto de economías de la Unión Europea son otros buenos ejemplos. Se vuelve a incidir en más de lo mismo. No funciona, pero eso da igual. El interés propio, el egoísmo, la avaricia, el beneficio económico a costa de lo que sea son los motores de la economía. La política debe plegarse a ellos, no debe interferir en su libre funcionamiento. Debe asegurar ese funcionamiento.

De ahí, la propuesta de fijar constitucionalmente el límite del déficit público. No se plantea establecer una política fiscal justa, equitativa y solidaria, en la que aporten más los que más tienen, los que más ganan para incrementar los ingresos del Estado y no malbaratar el exiguo Estado de Bienestar; o establecer un sector público potente cuyos beneficios económicos contribuyan a los ingresos de las arcas del Estado y permitan no sólo mantener, si no mejorar e incrementar políticas sociales y de lucha contra el desempleo en estos momentos de grave crisis económica.

De eso nada. Se trata de mantener a toda costa y con garantía constitucional los beneficios de las clases ricas, de las más pudientes a costa de las necesidades reales de los trabajadores y de los desempleados. Es el gobierno de los ricos para los ricos.

Se quieren dar prisa en aprobar la reforma de la Constitución en esta misma legislatura y sin convocar un referéndum. En un apaño entre las fuerzas conservadoras de nuestro Parlamento. Por eso no quieren que votemos. Porque saben que la mayoría de la población no es rica y es difícil que se vote en contra de nuestros intereses.

No hay tiempo para reformar la Ley Electoral, pero sí para fijar un límite al déficit público. No hay tiempo para mejorar la representatividad política en nuestro Parlamento. Es la política de una minoría para otra minoría.

Lo llaman Democracia y no lo es.


lunes, 8 de agosto de 2011

"Adios, princesa" de Juan Madrid




"Bueno, nos contaba que la ideología dominante, sobre el arte y el hecho artístico, y la novela, claro, en estos momentos, en esta etapa del capitalismo, decía él, ha ido creándose durante todos estos siglos en que la burguesía controlaba la producción y la distribución de riquezas y, por lo tanto, la ideología que lo sustentaba. Y esa ideología, en lo fundamental, intenta enmascarar la realidad. No desea que se conozca la verdadera situación del ser humano en este momento histórico, su situación real. Es decir, un ser enajenado, manipulado y explotado, convertido en productor de riquezas y consumidor".

"La cárcel refleja la lucha de clases".

jueves, 4 de agosto de 2011

Pleno Municipal del 27 de julio de 2011

Antes de comenzar a comentar el Pleno del 27 de julio, tendré que comentar el Pleno Urgente y Extraordinario que se celebró el 20 de julio.

Este Pleno debía su urgencia a que el Concejal de Medio Ambiente, Ricardo Riquelme, presentaba su dimisión para ser nombrado Director-Gerente del Instituto Madrileño de Investigación, Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) de la Comunidad de Madrid. La urgencia del Pleno respondía al hecho de que a la una del mediodía debía asumir su nuevo cargo.

El Pleno que aquí nos ocupa comenzó con el nombramiento y juramento del nuevo concejal Juan Ruiz. Está a expensas de una nueva delegación de poder por parte del Alcalde. No está muy claro que asuma la Concejalía de Medio Ambiente, por lo que podría haber una nueva distribución de competencias entre el Equipo de Gobierno.

A este Pleno se presentaron seis mociones y nueve preguntas.

Por parte del Grupo Municipal de Izquierda Unida-Los Verdes las mociones versaron sobre la visita del Papa, Benedicto XVI, y sobre el acuerdo para que se incluyera en el Pleno Ordinario del mes de septiembre los puntos relativos al Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo del Personal Funcionario del Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid y el Convenio Colectivo Regulador de la Condiciones de Trabajo del Personal Laboral del Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid.

La primera de las mociones, sobre la visita del Papa a Madrid enmarcada en las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebrará en el período comprendido entre los días 18-21 de agosto.

Presentamos esta moción al Pleno de la Corporación Local porque nos parece impresentable que se destinen cerca de cien millones de euros a sufragar los gastos que ocasiona la visita del Papa a la ciudad de Madrid en una visita pastoral y no como Jefe de Estado.

Debe llamarnos poderosamente la atención la cuantía de ese gasto. Veinticinco de esos millones provienen directamente del presupuesto público, involucrándose ocho ministerios y los consiguientes gastos relativos a alojamiento, seguridad, sanidad, publicidad, actividades lúdicas, limpieza, sonido y otros. De esa cantidad hasta los cien millones hay que contar con la financiación de las empresas privadas que conllevan cuantiosas exenciones fiscales.

También debe llamarnos la atención que se van a producir actos protocolarios al más alto nivel en una visita de carácter pastoral, tal y como es la recepción del Papa con honores de Jefe de Estado.

En el acto pastoral que representa esta visita, hay que hacer hincapié en que no se trata de la visita del Jefe de Estado del Vaticano, realizará previsiblemente discursos que atentarán contra derechos de ciudadanía que han sido aprobados legalmente por el Parlamento, tales como la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, la Ley de matrimonios entre Personas del mismo género, etc. Se inmiscuirá, además, en asuntos internos de nuestro país, como el incipiente debate público sobre una legislación sobre una muerte digna, que no se le permiten a ningún otro Jefe de Estado.

En este punto, la moción presentada apunta que se inste a la Fiscalía General del Estado a que aactúe contra aquellas declaraciones que puedan ser objeto de délito para la salud o el orden público.

Además, se insta al Gobierno a que rechace explícitamente las críticas que posiblemente realice hacia formas de convivencia, legislación y debates que se están produciendo actualmente, tal y como puede ser la Ley sobre una muerte digna.

Las políticas que defiende la iglesia católica se pueden resumir en los siguientes puntos:

- Rechazo a la igualdad entre hombres y mujeres, manteniendo un papel secundario paara la mujer.
- Es declaradamente homófoba, posicionándose en contra del matrimonio entre homosexuales.
- Ataca el derecho al aborto.
- Es muy beligerante en el uso del preservativo como medida profiláctica ante el SIDA, aunque mueran miles de personas.
- Mantiene y protege a pedófilos en su seno.
- Defiende el mantenimiento de acuerdos y concordatos que privilegian su posición jurídica para difundir sus doctrinas.
- Mantiene a miles de catequistas para impartir su religión en las escuelas públicas.
- Recibe miles de millones de euros al año por parte del Estado a través de los Presupuestos Generales.

Se requiere, que el Papa no sea atendido con protocolos institucionales de Jefe de Estado al ceñirse su vista a Madrid a una misión exclusivamente pastoral.

Finalmene, "last but not least", que no se derive ni distraiga dinero público para la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud al tratarse de un evento privado.

En Las Rozas la visita del Papa traerá consigo la cesión de dos o tres institutos de enseñanza secundaria y los pollideportivos municipales para el alojamiento de cerca de dos mil quinientos participantes en dichas Jornadas. Recursos públicos para una visita privada, que sólo concierne a aquella parte de la población que es católica.

La moción, dada la composición de la Corporación Local, fue rechazada con los votos de los Grupos Municipales del Partido Popular y de UPyD. Se abstuvo el Grupo Municipal del PSOE.

Por lo que respecta a la moción sobre el acuerdo para que se incluyera en el Pleno Ordinario del mes de septiembre los puntos relativos al Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo del Personal Funcionario del Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid y el Convenio Colectivo Regulador de la Condiciones de Trabajo del Personal Laboral del Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid, el Grupo Municipal de Izquierda Unida-Los Verdes defendió los acuerdos alcanzados entre la representación legal de los trabajadores y el Ayuntamiento.

El anterior Equipo de Gobierno, tras un largo y arduo proceso negociador, desestimó en el último momento elevar al Pleno Municipal esos acuerdos para que fueran refrendados por el conjunto de la Corporación Local.

Adujeron que quedaba poco tiempo para el ejercicio del poder por parte de ese Equipo de Gobierno, dada la convocatoria de elecciones locales para el veintidós de mayo y que dada la constitución de una nueva Corporación, entendían que lo más adecuado era dejar que el nuevo Equipo de Gobierno se sintiera libre de elevar a Pleno los acuerdos alcanzados.

Se trató, en su día, de un acto de grave irresponsabilidad y de un desprecio manifiesto al proceso negociador entre las partes. Dada la secuencia de los acontecimientos se puede colegir que el Ayuntamiento no negoció de buena fe.

En definitiva, presentamos la moción con la intención de poner coto a la elevada temporalidad que padecen los trabajadores del Ayuntamiento, que llega en algunos casos a los veinte años ocupando el mismo puesto de trabajo y desarrollando las mismas funciones y tareas. Se trata de llevar a cabo un plan de consolidación del empleo, de revisar el catálogo de puestos de trabajo y la puesta en marcha de un proceso de funcionarización para el personal laboral.

Llegados a esta fecha y establecida la nueva Corporación Local es ya en todo punto prioritario elevar al Pleno Municipal esos acuerdos para que sean aprobados.

La argumentación del Equipo de Gobierno para no elevar a Pleno esos acuerdos se basó en diferentes aspectos, entre los que cabe destacar el no condicionar la actividad del nuevo Gobierno local, el contar con un margen de confianza y de tiempo que permita conocer la situación del Ayuntamiento y de sus trabajadores y estar en disposición de reiniciar las negociaciones, para lo que ya se han establecido contactos con las diferentes Secciones Sindicales.

Sí, es escandaloso, vergonzante y obsceno la posición del Equipo de Gobierno al respecto. ¿Qué es lo que pasa? ¿No se fían de lo negociado por el Gobierno anterior? ¿Es necesario recordarles que era del mismo partido? ¿Pretenden dar una vuelta de tuerca más a la elevada temporalidad existente en la ocupación de los puestos de trabajo estrcuturales del Ayuntamiento?

El caso es que el resultado de la votación de esta moción dividió a la Corporación Local entre el Gobierno, votó en contra, y la oposición, que votó a favor de la moción. En este punto hay que dejar constancia de que el Grupo Municipal del PSOE presentó una moción en el mismo sentido.

El resultado es que después de largos años de negociación la representación legal de los trabajadores se verá abocada a una nueva negociación de las condiciones de trabajo tanto para los trabajadores funcionarios como para el personal laboral. Impresentable.

Otras mociones que contaron con la unanimidad de los Grupos Municipales tuvieron que ver con la transparencia en la gestión del Ayuntamiento, aspecto que nuestro Grupo liga de manera inseparable a la participación ciudadana y así lo defenderemos en la Comisión que se cree sobre la materia; y la suscripción de un Convenio con la Comunidad de Madrid sobre Programas de Actividades Extraescolares para los centros educativos públicos que solicitan y suscriben los mismos centros.

Las preguntas que nuestro Grupo Municipal planteó hacían referencia al lamentable estado en el que se encuenta el parque situado en la calle de La Laguna y al estado en el que se halla el Plan General de Ordenación Urbana, en cuanto a la recepción de algún informe por parte de la Comunidad de Madrid y si planten alguna modificación a la propuesta de Plan del anterior Equipo de Gobierno.

La primera de estas preguntas es a demanda de los vecinos de la urbanización colindante al parque, que se pusieron en contacto con los Grupos Municipales para denunciar la situación en la que se encuentran desde que ocuparon sus viviendas. El único Grupo que prestó atención a esos vecinos fue el nuestro.



El parque de la calle de La Laguna es el resultado de la recalificación en 1999 del terreno en el que se halla y la construcción de viviendas en altura en el año 2007, antes había un chalet, quedándose la cesión de suelo público con el acceso más secundario y peor soleamiento de la manzana.


Las pésimas condiciones del solar lo hacen casi inútil. La zona verde pública presenta un acondicionamiento lamentable, llegando a presentar problemas de seguridad ciudadana.

La consecuencia es que la parte pública de la manzana no proporciona ningún servicio a la comunidad.


La situación del parque proviene, entonces, de una recalificación especulativa que deja el suelo público como completamente residual al dejarse los peores espacios para ese suelo. En este caso es clamorosa la negligencia del Equipo de Gobierno con la defensa del interés público.

La propuesta que elevamos a Pleno consiste en buscar un uso público que integre equipamiento con zona verde, permitiendo regular el acceso al parque con horario a través del citado equipamiento, manteniendo ambos su carácter público.

Una opción vendría dada por el establecimiento de huertos urbanos en la zona verde junto con un Centro Municipal de Aprendizaje de Agricultura Urbana.

La segunda opción sería la de acodicionar el parque como tal, cerrando el acceso al mismo a medianoche, dada la cercanía de las viviendas de la urbanización,; establecer una periodicidad en su limpieza y mantenimiento, hecho que sólo sucede tras reiteradas denuncias de los vecinos; iluminar el parque para evitar de esta manera problemas de seguridad y el trapicheo que comienza a producirse; y crear un espacio específico para que los perros hagan sus necesidades, ya que o hacen en cualquier sitio y crea problemas de salubridad.

La respuesta a la pregunta por parte del Concejal del Distrito Centro fue que se tataría esta cuestión en Comisión Informativa.

Por lo que respecta a la situación del Plan General de Ordenación Urbana nos respondieron que se había recibido en mayo un informe de la Dirección General de Urbanismo y Evaluación Medio Ambiental de la Comunidad de Madrid y que está en estudio por parte del equipo redactor del Plan desde el quince de junio. Se nos hizo saber que el contexto en el que se había proyectado de fuerte demanda de vivienda no coincidía con el que se está dando en la actualidad de fuerte crisis económica y que se estaba estudiando la calificación de suelo para la ubicación de servicios e industria que paliasen la situación económica y que fuera fuente de generación de empleo.

La respuesta dada nos inquieta. Se ha solicitado copia del informe remitido por la Comunidad para su estudio y valoración para estar en disposición de realizar las alegaciones oportunas y convenientes, ya que se desconoce el contenido de dicho informe, pero conocido el anterior no es descartable que se continúe demandando protección para determinadas áreas y se inste al Ayuntamiento a corregir notables deficiencias administrativas. Esto por una parte, por otra, sospechamos el comienzo de modificiaciones puntuales al Plan General de Ordenación Urbana en vigor que recalifique suelo para uso terciario, medidas que favorecen un menor control y mayor discrecionalidad al Equipo de Gobierno.

Esttaremos atentos.