Todos recordamos las infamias, injurias, insultos de las que fue objeto el doctor Luis Montes, entonces Coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés, por las denuncias anónimas de las dosis elevadas en las sedaciones de enfermos terminales.
Aquí comenzó todo. Se le acusó junto a su compañero, Miguel Ángel López Varas, de practicar la eutanasia en cuatrocientos casos, por parte del entonces Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela.
No tardó el entonces Ministro Portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez, de tildarle en unas declaraciones en la radio de nazi.
Empezó a sembrarse la sombra de la sospecha, como en la película de Hitchcock, sobre la praxis médica de estos dos facultativos.
El caso llegó a los tribunales, donde se sobreseyó la causa, pero el daño ya estaba hecho.
La sombra de la duda, de la sospecha se alargó. Un elemento más en el proceso de descrédito en la sanidad pública madrileña. Esa sanidad pública que no es sostenible, que no es rentable pero que es muy apetecida por la empresa sanitaria privada para su explotación, para su negocio.
Es un honor para nuestra organización contar con la presencia del doctor Luis Montes en Las Rozas y que nos hable del derecho a morir dignamente.
Cada día nos es más difícil vivir con dignidad. Ahora también tenemos que luchar por un derecho inalienable, porque es nuestra vida, a morir dignamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario