martes, 18 de octubre de 2011

Dinámica doble

La doble dinámica a la que hago referencia en el título de esta entrada viene dada por el movimiento 15-M y los previsibles resultados electorales de los comicios generales del próximo 20 de noviembre.

15-M/20-N.

El 20-N se celebrará, para algunos, una más que posible mayoría absoluta del Partido Popular.

Mientras, el 15-M ha congregado el quince de octubre las mayores manifestaciones que se recuerdan en diferentes ciudades de este país. Se demanda una democracia más participativa, un no rotundo a los recortes sociales y una alternativa a la salida de la crisis, más allá de la que preconizan los mercados y sus portavoces en las instituciones económicas mundiales, tales como el FMI o la propia Unión Europea.

El 20-N, mejor dicho, el día después, será más de lo mismo: seguiremos estando bajo el diktat de los mercados.

La crisis económica es sistémica. Está producida por la hegemonía de políticas económicas neoliberales. Las recetas de política económica que se formulan para afrontar la crisis forman parte de la misma enfermedad que ahora nos aqueja y que ellos mismos han provocado: control del déficit público mediante recortes sociales que van a conducir a decapitar el escaso Estado de Bienestar que disponemos.

El 15-M, por su parte, propone una profundización en la democracia como sistema de gobierno. Se rebela, entonces, contra la partitocracia imperante y sus privilegios.

Propone salidas sociales a la crisis económica y no duda en afirmar que la doctrina económica neoliberal y su establishment son los responsables de la crisis.

Nos encontramos, pues, en una encrucijada en el corto y medio plazo. Las movilizaciones irán in crescendo, ya que las bases del PSOE saldrán a la calle una vez perdido el poder y serán, ademas promovidas y apoyadas por su propio partido.

La cuestión estriba en qué se obtiene tras las masivas movilizaciones. No obtener nada, o muy poco según los optimistas, provoca la frustración y, en última instancia, la desmovilización ante la falta de atención a la alternativa por los poderes político-económicos. Es una lucha a medio plazo, constante y de larga permanencia en el tiempo.

La otra senda que se abre es la de la profundización en la crisis y en sus efectos con la aplicación de recetas económicas fallidas y que supondrán la defunción del Estado de Bienestar, pieza muy codiciada por la fe neoliberal.

En cualquier caso, nos encontramos ante un fin de ciclo en el que tenemos la oportunidad de expresar nuestras demandas y deseos para el futuro. La unidad cuenta.


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