Si hay un cuadro que vivió en todo domicilio de alguien que se considerase mínimamente rojo, durante el régimen fascista que padecimos en este nuestro país, fue el Guernica de Picasso.
Los más provocadores lo exhibían en la entrada y los más tímidos en su dormitorio, pero todos lo tenían.
El otro día me hicieron llegar una recreación a tres dimensiones de este cuadro y como es sorprendente aquí la dejo.
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